Trabajar en una farmacia puede ser un oficio muy desconocido para muchas personas, especialmente para la sociedad más joven que no tiene necesidad de entrar en nuestro establecimiento muy a menudo.

Los farmacéuticos o técnicos en farmacia, solemos transmitir una imagen de personas cuadriculadas, serias y poco graciosas. Generalizando un poco, podríamos afirmar que los profesionales de nuestro sector no destacan por su gracia ni por su desparpajo, no son divertidos ni ocurrentes como un monologuista, simpáticos y vivaces como un aventurero, ni  tan comunicadores como un periodista.

Pero, la pregunta realmente importante sería: ¿Cómo es realmente un farmacéutico? ¿Qué cualidades y aptitudes se necesitan para ser un buen profesional de la farmacia?

Muchos podrían decir que el punto más imprescindible para destacar en nuestra profesión son los conocimientos. Conocer al detalle todos los medicamentos y productos que se pueden encontrar en una farmacia: nombres, principios activos, composición, características, utilización…etc.  

Si bien es cierto que el conocimiento es uno de los pilares más importantes para ser un buen profesional, hay que saber también  que no es el único.

Centrarse en desarrollar sólo y exclusivamente éste podría convertirse en un error.  ¿Porqué?

Porque el conocimiento sin nada más, es una cualidad deshumanizada, ya que lo podemos encontrar en una persona, en Internet, en un libro o en un robot.  Entonces, ¿Qué hace especial que nuestros trabajadores posean conocimientos? ¿Qué los diferencia de un libro o de Google?  

La gran diferencia es que en nuestro caso somos personas, humanos con cualidades sociales, entre las que podemos encontrar la empatía, la paciencia, la comunicación, la simpatía o el contacto físico, entre otras. Cualidades que nunca podrá poseer Internet ni los libros.

Por eso, a pesar de ser el conocimiento nuestro pilar fundamental, si no desarrollamos paralelamente todas estas otras cualidades, no sólo no seremos buenos profesionales, sino que estaremos desvalorizando el fin y la esencia principal de la farmacia.

¿Por qué muchas personas nos ven como personas aburridas y cuadriculadas?

En algunos casos puede ser por desconocimiento, pero en otros es precisamente, porque nos estamos olvidando de desarrollar cualidades humanas y esenciales para ofrecer una atención eficaz y cercana.

Volviendo a la pregunta del principio: ¿Cómo es realmente un farmacéutico? ¿Qué cualidades y aptitudes se necesitan para ser un buen profesional de la farmacia?

Los farmacéuticos son personas que poseen una cantidad de conocimientos útiles incalculables que ayudan a personas diariamente. Pero nuestra finalidad, no es sólo aportar la mejor solución a los problemas de nuestros clientes, sino que va mucho más allá.

De alguna manera, también ejercemos de psicólogos, amigos, compañeros, familia, enfermeros.. etc. Las personas vienen a nosotros a contarnos sus problemas. Confían en nosotros y en nuestras soluciones. Nos convertimos en parte de su círculo, nos acabamos convirtiendo en sus vecinos, confidentes y amigos.  

Muchos vienen sólo a saludarnos, a desearnos un buen día, y quizás, con suerte, a traernos el desayuno. Algunos vienen a hacernos un millón de preguntas, o simplemente a saber como están de la tensión, a pedirnos que les curemos una herida, o a llevarse la mitad de nuestro stock.

Sea como fuere, formamos parte de su vida.

Y es precisamente por esa razón, por la que no debemos olvidar jamás que nosotros trabajamos con personas. Nuestros clientes, nuestros vecinos.. necesitan nuestro conocimiento, pero también necesitan nuestro cariño, nuestra paciencia, acogida y comprensión.

Quizás nunca lleguemos a ser tan ocurrentes como un monologuista ni simpáticos como un cómico, pero nuestra profesión va mucho más allá.

Si seguimos ampliando y reforzando nuestros conocimientos, mejorando nuestra comunicación, poniendo énfasis a nuestros valores humanos y aprendiendo a transmitir con tranquilidad y alegría,  convertiremos nuestra profesión en una de las más útiles, humanas y agradecidas que puedan existir.

Tan importante es el trabajo diario que desarrollamos, como la imagen que proyectamos como sector; y está en nuestra mano mejorar y dar visibilidad al trabajo tan necesario que desarrollamos diariamente en nuestra sociedad.